La IA no es clandestina
(Pero la humanidad a veces sí)
La IA no es clandestina. Está en todas partes: en los filtros, en los correos que escriben por ti, en las fotos que ya no haces sino en las que genera.
Lo clandestino somos nosotros. Nos escondemos detrás de pantallas, detrás del modo avión emocional, de sonrisas con buena conexión y alma sin cobertura.
Apple acaba de anunciar el iPhone 17 Pro. Una joya de ingeniería: cámaras de cine, batería infinita, algoritmos que retocan hasta el cansancio.
Y yo, que siempre he dicho que “no necesito más gadgets”, empiezo a mirar especificaciones y pienso: “Uff… quizás no es mala idea comprarlo”
Pero luego recuerdo que lo que me gusta de los espejos es no tener que actualizarlos.
Cada nueva cámara promete verte mejor.
Pero a veces solo consigue que te mires sin verte. Think different, piensa bien y toma la decisión que marque tu impulso, mas no dejes de observar tu realidad.
Y mientras tanto, el mundo se llena de fusiones imposibles:
Chocolate Milka con galleta Lotus, panettone con Oreo, café con glitter. Te prometo que no es una broma, ¿los conocías?
Vivimos en la era del cross-over emocional: todo mezclado, todo más dulce, todo más rápido y menos artístico. Cuanto más procesado está el sabor, menos se digiere la emoción.
La IA no es clandestina. Lo que sí lo es, a veces, es sentir.
Nos hemos acostumbrado a etiquetar la emoción como error de sistema. A corregir el temblor, a suavizar la lágrima, a pixelar la voz. Pero la sensibilidad no necesita megapíxeles: necesita cuerpo.
Cuando enseño comunicación escénica, no hablo de filtros ni de branding. Hablo de piel. De nervio. De respiración.
La presencia no se puede programar, se puede entrenar. La coherencia no se optimiza, se habita.
Así que la próxima vez que actualices tu dispositivo, actualízate tú también.
Instala una versión donde la mirada no se mida en likes (te dejo por aquí Por un like de la grande Mónica Naranjo).
Descarga silencio.
Y activa el modo humano.
La inteligencia artificial no es el problema.
La falta de inteligencia emocional, sí.
¿Cuándo fue la última vez que sentiste algo sin medirlo? Respóndeme, quiero saberlo.
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basado en hechos reÁlex 🎭